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Neurobiología del estrés

Escobar Izquierdo Alfonso
Rev Mex Neuroci 2006; 7(1)  : 6-7
Fragmento

Introducción

Generar estrés es una experiencia diaria a lo largo de cada día de vida, los estímulos que generan estrés se hallan a “la vuelta de la esquina”, al lado de cada uno de nosotros. Afortunadamente, el mecanismo evolutivo en la escala animal dotó al Hombre, y prácticamente a todos los vertebrados, de estructuras que protegen la integridad corporal y la salud durante un periodo agudo de estrés, que capacitan al individuo en ese momento, y le proveen de los elementos necesarios para “la lucha o la huida”, de los cambios necesarios para mantener constante el funcionamiento en el medio interno, en otras palabras, para mantener la homeostasis.

Conocemos las constantes corporales normales bajo condiciones de reposo, constantes sanguíneas como el volumen y número de hematíes, leucocitos y plaquetas, factores de coagulación, niveles de glucosa y otros metabolitos, así como la presión arterial, temperatura, ritmos cardiaco y respiratorio, y muchas otras constantes. Cada una de esas constantes cambia en el momento que actúa un estímulo generador de estrés.

La respuesta normal al estrés lleva a los sistemas corporales a manifestarse conjuntamente para proveer al organismo humano de una de las más sofisticadas y poderosas defensas que nos permite reaccionar ante una emergencia, producir los cambios necesarios y enfrentar una situación de peligro, de tal modo que glándulas, hormonas, corazón, pulmones, los sistemas vascular e inmune, proveen al organismo de los elementos necesarios para los cambios, aumento en el combustible, energía, oxígeno, actividad muscular, resistencia al dolor, incremento de la atención y agudeza mental, y aumento transitorio e inmediato de las defensas contra infecciones.

Palabras clave: Estrés, homeostasis, metabolitos.
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