Las infecciones virales han sido conocidas desde hace muchos años, pero en la segunda mitad del siglo XX, las técnicas para identificar a los virus han tenido notables progresos al igual que la capacidad de fabricar vacunas que nos defiendan de sus ataques. Algunas enfermedades virales, como la poliomielitis, se dice que han sido erradicadas; sin embargo, la humanidad sigue a merced del virus del SIDA y de otros virus nuevos que han proliferado y creado epidemias que afectan a muchos millones de personas en diferentes partes del mundo.

Desafortunadamente estas epidemias no se han mantenido confinadas a ciertas zonas geográficas donde estos nuevos virus han iniciado su afectación al ser humano, sino que la facilidad y rapidez para viajar han hecho que los virus se diseminen a una gran velocidad, tal como hemos visto que ha ocurrido con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida y otras infecciones.

Las investigaciones en virología y en especial en la neurovirología, han ido en aumento y el conocimiento logrado hasta ahora, si bien no ha producido la ansiada vacuna contra el virus del SIDA, sí ha permitido entender mejor cómo el virus invade el organismo y en especial cómo afecta al sistema nervioso central, ocasionando una gama de manifestaciones neurológicas ya muy bien identificadas.