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Artículo de revisión

Fisiopatología y neuropatología de la enfermedad de Parkinson

Escobar Izquierdo Alfonso
Rev Mex Neuroci 2003; 4(5)  : 295-303.
Resumen

El trastorno de movimiento conocido como enfermedad de Parkinson fue descrito clínicamente de manera muy precisa en 1817. Se trata de un trastorno progresivo, neurodegenerativo del sistema extrapiramidal, que se manifiesta por temblor de reposo, rigidez, bradicinecia/acinecia, inestabilidad postural, marcha festinante, disautonomía y eventualmente afección de las funciones cognoscitivas que pueden llegar a la demencia. La mayoría de los casos son esporádicos; el llamado parkinsonismo idiopático, asociado al envejecimiento del ser humano, aparece alrededor de los 60-70 años. Hay otros casos de tipo familiar, algunos de inicio temprano, en los que hay nueve variantes denominadas Park 1 – Park 9. En las variedades Park 1 y Park 2 se han podido identificar los genes que codifican las proteínas parkin, ubiquitina carboxi-terminus hidrolasa LI (UCH-LI) y a-sinucleína; el gene causal de la variedad Park 1 se halla en el cromosoma 4q21-22, y la variedad Park 2 en el cromosoma 6q.25.2-27. Mutaciones cromosómicas para las otras variedades han sido encontradas en los cromosomas 2, 4, 1, 12. Aparte de los conocimientos recientes sobre los genes involucrados en las formas familiares de la EP, se han invocado en la muerte neuronal causas ambientales asociadas al uso de herbicidas y pesticidas, o al uso de drogas sintéticas como la MPTP, la cual ha conducido a esclarecer algunos de los mecanismos moleculares que participan en la muerte neuronal. También se atribuye la muerte neuronal a déficit de factores neurotróficos, depósito de hierro y hasta el efecto de dietas ricas en el consumo humano. Otras enfermedades neurodegenerativas pueden también manifestar parkinsonismo, entre ellas la parálisis supranuclear progresiva, la demencia de cuerpos de Lewy, la atrofia sistémica múltiple y otras. Hay, además, otros tipos de síndromes parkinsónicos secundarios a agentes bien definidas que pueden ser vasculares, infecciosos, farmacológicos, tóxicos, metabólicos, tumorales, postraumáticos. La neuropatología de la EP se inicia a principios del siglo XX, con la identificación de cuerpos de inclusión intracitoplásmicos en las neuronas pigmentadas de la sustancia negra en casos de EP por Lewy en 1912 y con la descripción de la palidez de la sustancia negra en casos de EP por Tetriakoff en 1919. El déficit de neuronas pigmentadas en la parte compacta de la sustancia negra y los cuerpos de inclusión de Lewy constituyen las lesiones primordiales en la EP, aunque hasta ahora no se conocen con precisión los factores que conducen a ese fenómeno neurodegenerativo. Esos dos hallazgos, cruciales en la neuropatología de la EP, no fueron interpretados oportunamente, ya que hasta ese momento no se conocía la vía nigro-estriada ni la significación funcional de ésta en el control del movimiento y, además, por el hecho de que los cerebros de EP no muestran alteraciones macroscópicas en los ganglios grises subcorticales que, ahora se sabe, por sus conexiones con la corteza cerebral y la sustancia negra forman parte de circuitos neuronales para la regulación del movimiento voluntario. La confirmación ulterior de los hallazgos de Lewy y de Tetriakoff por otros investigadores, y la aparición de casos de parkinsonismo postencefalítico, en los que se demostró la lesión en la sustancia negra, contribuyó a precisar la relación sustancia negra-ganglios basales. El déficit de dopamina y la identificación de la vía nigro-estriada llevaron al conocimiento actual de las bases neurales del cuadro clínico de la EP, de posibilidades terapéuticas y, eventualmente, preventivas.

Palabras clave: Trastorno de movimiento, sustancia negra, ganglios basales, vía nigro-estriada.
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