El avance psiquiátrico en el campo de las adicciones se organiza como un trabajo cada vez más especializado, bajo el esquema de la Psiquiatría de Adicciones⁽¹⁾, cuyo modelo integrativo, resulta más amplio conceptualmente, que los otros usados tradicionalmente⁽²⁾. Está dispuesto a enfrentar la magnitud desproporcionada de un fenómeno que rebasa las posibilidades para su contención por otros medios^(3,4), pues en las últimas 3 décadas en nuestro país, la dispersión de las adicciones ha involucrado a jóvenes y mujeres como núcleos demográficos con aumento de consumo de ciertos psicotrópicos^(3,4), presentando mayores y más numerosos trastornos por adicción⁽⁵⁾.

En el inicio del consumo tiende a incluirse en mayor proporción que antes a la cocaína, sustancia a la que, tan sólo hace unos pocos años, se accedía después de cierta mayor edad, por una mínima parte de la población abusadora y después de cierto grado de avance en la carrera adictiva⁽⁵⁾. No obstante, el campo terapéutico nacional de las adicciones, no ha sido completamente desarrollado, de modo que no se ha formalizado un manejo integral, que incluya atención farmacológica, psicoterapéutica, familiar y sociolaboral de calidad, a todas las condiciones sindromáticas (agudas, subagudas y crónicas).