Los avances de la última década del pasado siglo y los primeros años del siglo XXI, han llevado a reconsiderar algunos aspectos relacionados con los ataques isquémicos transitorios (AIT). Es común para los que practicamos la clínica en enfermedad cerebrovascular estar en desacuerdo con el concepto temporal arbitrario de 24 horas asignado al AIT por definición; enfrentarnos a pacientes con déficit focales agudos y transitorios de pocas horas de duración, y posteriormente evidenciar lesiones en estudios de neuroimagen ha sido algo común, pero no podíamos definir si se trataba de lesiones crónicas o lesiones relacionadas con el evento al que asistíamos. Afortunadamente, en los últimos años se han producido importantes estudios que aclaran aspectos relacionados con la epidemiología del AIT.